LA CAPITAL - Martes, 02 de septiembre de 2014

El prestigioso guitarrista se presentó en Plataforma Lavardén y deslumbró al público con un repertorio de funk, blues y folclore.

Por Pedro Robledo / Especial para La Capital

La actuación del guitarrista Luis Salinas cerró anteanoche en la Plataforma Lavardén el XI Encuentro de Músicos Populares, un evento que en los talleres de la semana recibió a ochocientos alumnos de todo el país y tuvo sala llena en todos los conciertos.

La última jornada arrancó con los locales Perpetuo Remolino y Luis Baetti. Pablo Juárez, pianista rosarino radicado en Buenos Aires, en una actuación acotada, pudo mostrar algunas de sus composiciones antes del ingreso a escena del cordobés Ica Novo.

La lista de temas prevista por el notable guitarrista de Monte Grande fue la más castigada, con alteraciones de orden, agregados e impugnaciones en el momento, que también son un sello en los conciertos con su grupo, el cual debe estar concentradísimo y atento a lo que va a ordenar el líder.

Después de "Rosario", una intro con guitarra sola, Salinas se internó en un repertorio variado basado en músicas de Argentina, Brasil y Uruguay. También hubo espacio para el blues y el funk. Arrancó con "Chacarera para Juan", en cuyo tramo de improvisación dejó asomar acordes de "La muerte del angelito", proponiendo las palmas del público.

Para ejecutar "Cando murga", utilizó todo el cuerpo. Gesticulando y siguiendo su propia melodía interna, se dejó llevar por la rítmica que imponía la excelente base compuesta por el uruguayo Martín Ibarburu (batería y percusión) y el chileno Christian Gálvez (bajo).

Caótico por momentos, Salinas realizó sus clásicos cruces, colando fragmentos de "Malena" en el núcleo de un candombe ("Sigue") y ordenando desde el escenario mantener la intensidad de las palmas. Se acercó al flamenco para homenajear a Paco de Lucía. "Paco" tiene una letra que expresa despedida y tributo. Con el mismo criterio, incluyó "Sambadem", en homenaje a Bud Powell.

Una salsa, inédita y sin título aún, significó el ingreso a escena del invitado. Juan, su hijo, mostró su buena técnica y el virtuosismo heredado. Pidió mejorar la reverberancia que hacía rato le estaba faltando al sonido de su guitarra y cambió radicalmente el clima. Bajó la intensidad y el ritmo y, en dúo con Juan, tocó la balada "Caricia". "JL", el blues compuesto por ambos, los mostró provocándose para zapar. Mientras Luis marcó las pautas básicas, Juan llevó las melodías. Se despidió con "Llegada", "Avión" y más blues, con el público de pie participando de la ceremonia propuesta.

Si bien el repertorio elegido por Salinas se salió del contexto del evento (de folclore casi nada), el concierto fue notable, con una calidad interpretativa de gran nivel.Con la idea-base de compartir su música, Salinas sigue cultivando la intuición pura, lejos de lo que dictan las academias.

Por otra parte, el Encuentro Nacional de Músicos Populares mantiene la premisa original de crear y sostener un espacio para propuestas que no tienen lugar en los grandes festivales.